January 22, 2013
¡Más allá de avenidas y circunvalaciones: Movilidad sostenible!
Debemos agradecer a la metodología empleada por el Consejo Estratégico (CDES) y al arquitecto urbanista Julio Corral Alonso, uno de los cinco consultores seniors del Plan Estratégico 2020, su insistencia, obstinación y énfasis en que la comisión de uso de suelo y ordenamiento territorial, no concluyera enunciando una lista de avenidas, carreteras y vías como parte de la estrategia de lograr un Santiago Ordenado, Conectado y de Equidad Socio-Territorial en la Agenda Oficial al año 2020. Con muestro apoyo se logró un diagnóstico preciso que todavía no ha sido bien estudiado por muchos que pretenden “saber, pontificar y sermonear” sobre este tema. El consenso es lograr que Santiago y la Región tengan un verdadero Sistema-Régimen de Movilidad Urbana Sostenible.
De lo que se trata no es formular una enumeración de avenidas, circunvalaciones, puentes, pasos a desnivel, túneles y caminos peatonales elevados y tranvías. Absolutamente no. Lo que se impone para evitar los errores cometidos por los capitaleños, que teniendo todo lo anterior, incluyendo un Metro Subterráneo, pero todavía ni siquiera suponen la necesidad de articular un Sistema de Movilidad Urbana Sostenible. Tienen el qué, pero no saben el cómo y ni el para qué.
El proyecto de que Santiago se dote en los próximos años de un Sistema-Régimen de Movilidad Urbana se consensuó por 43 instituciones miembros de la comisión de uso de suelo con la presencia protagónica del Ayuntamiento y la participación de más de 10 entidades del gobierno nacional, entre ellas el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE) y la AMET, y sobre todo el aval del CODIA. También más de 245 organizaciones sociales, empresariales y juntas de vecinos le dieron su respaldo.
Ese fue el enfoque principal de mis comentarios técnicos a la exposición de los expertos Juan Cajiao y Marbelly Mirabal en la primera mesa de discusión, que luego de presentarse el PES 2020 hicimos en Santiago. Creemos que es vital para hacer una ciudad sostenible que la acción estratégica despliegue las iniciativas necesarias para hacer gobernable un sector tan complejo y conflictivo como el de Movilidad Urbana, una gran categoría que engloba tránsito, transporte y vialidad. La coordinación del Centro Iberoamericano Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), a cargo del profesor Pedro Acebillo propone 5 pilares de gobernabilidad para una movilidad urbana sustentable.
El primer pilar nos orienta para que hagamos de rigor la aplicación de la manera estratégica de pensar a la sostenibilidad de cada entorno local, buscando soluciones propias a problemas específicos en nuestro caso de Santiago. La movilidad urbana de Santiago tiene muchas fortalezas, pero acumula todavía cientos de agudas e históricas debilidades que impiden aprovechar las oportunidades y nos arrojan a un escenario lleno de amenazas. Sin un pacto con el sector de transporte local, público y privado, no es posible avanzar. Un gran acuerdo social para organizar el transporte, el tránsito y las vías necesarias para la movilidad efectiva a nivel provincial y regional.
El segundo pilar nos explica que debemos acordar la concurrencia de estrategias a nivel sectorial, administrativo y territorial. La movilidad urbana es una categoría donde el gobierno nacional y el Ayuntamiento conjuntamente con el Consejo Estratégico de Desarrollo (CDES), debemos pactar los recursos y los proyectos para desarrollar una nueva manera de accionar el tránsito, el transporte y la trama viaria, sobre todo ahora que estamos en los albores de publicar un Plan de Ordenamiento Territorial para Santiago, una iniciativa del Primer PES 2010, propuesta por el CDES y que esta administración municipal se encamina a cumplir.
El tercer pilar enfatiza que tenemos que concretar como lo ha planteado la OPRET y el BID y está acordado en el PES 2020, un Sistema de Movilidad Urbana Sostenible en coherencia con la propuesta de ley nacional que se discute en el congreso desde hace unos años. Para esto hay que gestionar asistencia técnica internacional. Sin este sistema no hay circunvalaciones, elevados, metros, ni tranvías y autopistas modernas que valgan.
El cuarto pilar nos indica que tracemos las pautas para definir y lograr lo anterior, promoviendo la participación de los actores estratégicos implicados, a manera de ejemplo basta decir que en el transporte hay decenas de sindicatos con altas rivalidades y contradicciones, debemos alinearlos, tener una agenda común y un presupuesto de trabajo. Lo que haga el gobierno nacional en Movilidad Urbana en Santiago tiene que concurrir con lo que ejecuta el Ayuntamiento en esta materia.
Y el quinto pilar es saber que para estos fines precedentes vamos a tener contradicciones, y que bueno que así sea, pero hay que también saber que tenemos que gestionar y resolver estos conflictos. La movilidad urbana de Santiago es altamente contradictoria. Para eso estamos, para resolver estas objeciones. En Santiago como en muchas ciudades, ni las vías, se corresponden con los medios de transporte, ni el transporte contribuye logrando un tránsito eficiente, ni tampoco este tránsito protege y preserva las vías, si no por el contrario deteriora toda la trama vial de Santiago. En la otra seguimos.
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