March 20, 2013
Santiago suma un nuevo urbanista: Ramón Antonio Veras
Santiago y la Nación lo conocen implicado en causas nobles, justas y dignas. En la defensa de los presos políticos y apóstol de las ideas revolucionarias. Ramón Antonio Veras es jurista y un tribuno de la República colmado de ética. Ciudadano ejemplar, esposo y padre orgulloso de una bella y distinguida familia de abogados y médicos. Hoy debuta en el espacio de reflexión sobre el desarrollo de Santiago. Antes había estado vinculado eventualmente al urbanismo, pero en este momento ha decidido dar un paso en firme con militancia y criticidad. Analiza el Santiago hoy y valora el transformador ¿Qué Hacer? como en su momento orientara Vladimir Ilich, para impulsar el cambio
Carlos Alfredo Fondeur, presidente del Consejo Estratégico y yo, lo visitamos hace un mes para entregarle el Plan Estratégico 2020. Su bien decorado, republicano y vernáculo despacho judicial privado, ubicado en la calle 16 de Agosto casi esquina Mella en el Centro Histórico, sirvió de espacio para hacerle una sucinta explicación del PES y también invitarlo al análisis de coyuntura del conocido politólogo, doctor Rafael Toribio, para que el CDES formulara su plan operativo en este año 2013.
El doctor Veras es parte de mi historia. Su amistad con mis tíos y abuelos es de larga data. Si cierro mis ojos, recuerdo como si pasara ahora mismo, los hechos dramáticos creados por los abusos policiales en UNACHOSIN. Las hijas del teniente Columna, ese oficial que lo recibió con respeto en ese día cuando él se apersonó a ese lugar, me contaron que su Padre estaba en medio de un lío. Llegué a “curiosear” y ya el capitán Cruz Acevedo, jefe del servicio secreto, había ordenado que le entraran a macanazos a “Negro Veras” y lo tiraran de la segunda planta del edificio. Rebosa valentía y decisión para decir las cosas como él cree que son y defender las causas justas.
Con el doctor Veras, las entidades sociales y empresariales, suman un aliado clave. Así lo hice saber en un encuentro reciente que organizó el ingeniero Hendrik Kelner Casals, como presidente de APEDI, donde el jurista, hizo reflexiones. Su inquietud por la concreción de los proyectos estratégicos, la transparencia del Ayuntamiento, la gestión del espacio público y las ventas callejeras son justas, oportunas y válidas. Pero, igual que el Contrato Social de Jean-Jaques Rousseau para la democracia republicana y “El Capital” de Karl Marx para el socialismo, el Plan Estratégico es hoja de ruta, brújula y a la vez agenda oficial común para provocar la transformación de Santiago. Evangeliza, anuncia, visualiza y guía el cambio que habremos de impulsar entre todos.
El Santiago de hoy no es el mismo de 50 años atrás cuando la ciudad se extendía un poco más de 5 kilómetros cuadrados y no llegaba a 90 mil habitantes. Hoy somos 20 veces más extensos que antes, con una población 10 veces superior. Se estima que más de 50% de los habitantes no nacieron aquí y no tienen similar sentido de identidad, pertenencia y filiaridad con el desarrollo local, que aquellos que se identifican, defienden y adoran a Santiago como lo hace el doctor Ramón Antonio Veras.
La transformación vendrá como resultado de múltiples gestiones. Con acciones inmediatas de impacto o victorias rápidas, pero sobre todo con proyectos estructurantes. Aisladamente, ni el gobierno, ni el Ayuntamiento, ni los organismos internacionales, ni los empresarios, ni la sociedad civil que participan en el Plan Estratégico, tienen recursos disponibles para operar los proyectos que lograrán la revolución urbanística y social que demanda Santiago hoy. Sólo la concurrencia y buena gobernabilidad nos aportará el éxito. Pero los avances comenzaron y continúan sucediéndose a diario.
Cuál sería el destino de Santiago, si la APEDI y el Consejo Estratégico no institucionalizan el proyecto de trasformar el viejo aeropuerto en un Parque Central; de seguro habría ahí miles de viviendas de pobladores con vínculos partidarios de poder. Sin la asertiva gestión de la Corporación de Zona Franca para recuperar miles empleos formales. Sin el moderno aeropuerto de Santiago, sin la proyección cultural del Centro León. Sin el Monumento remodelado, en qué caos urbano andaríamos.
Sin un Ayuntamiento que microzonificó y detuvo el crecimiento urbano hacia la falla sísmica, sin el Plan de Ordenamiento; sin su exitoso programa de conexiones viales, viviendas y parques ecológicos en cañadas, qué catástrofes humanas nos esperarían. Sin la Plaza de los Buhoneros las calles estarían repletas de vendedores ambulantes. Sin todos los parques urbanos no se hubieran remozados, dónde estarían nuestras aéreas verdes. Si hoy no tuviéramos un Consejo del Centro Histórico institucionalizado, promotor de iluminación, remodelación de la Gobernación, Palacio Consistorial y Catedral Santiago Apóstol. Sin CORAASAN y el Agua para Cienfuegos, el Cólera y el Dengue, andarían de parranda. Sin PUCMM, UTESA, ISA, UASD y UAPA que oferta educativa tendríamos.
Que falta más, pues claro. Nunca estos y otros avances, nos permitirán descansar y ni dormirnos en nuestros laureles. Nos hace falta hacer entre todos, 50 veces más de lo que hemos hecho. Pero no partimos de cero, sabemos cómo vamos y para dónde vamos, y estamos recibiendo cada día más apoyo social, ahora más aún con la participación del ilustre ciudadano, Ramón Antonio Veras.
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