A gobernar la gestión de riesgos

Gobernar bien la peligrosidad, la exposición, la vulnerabilidad y el riesgo es vital en Santiago, ciudad esencial para prevenir, controlar y mitigar los eventos naturales. El término RIESGO viene del árabe y toma fuerza a partir de 1500 subsistiendo así en todos los idiomas europeos (rischio, risk, risque…). A inicios del siglo XXI, el riesgo se convirtió en una metodología determinante en la planificación estratégica urbana. Su cálculo y análisis, así como el valor metódico de la peligrosidad, la exposición y vulnerabilidad tiene ecuaciones detalladas que conforman el arte y ciencia de la prevención y gestión de los desastres naturales. Sea cual sea su etimología, hay una verdad categórica que todos debemos aceptar: Santiago es una ciudad de riesgos, peligrosidad, exposición y vulnerabilidad.

En materia de gestión, tanto Naciones Unidas, OPS/OMS y UNESCO aportan definiciones concretas. No obstante, los estudios del ICES-BID para Santiago auspiciados por el BID, nos asisten en una logicidad concreta de estas categorías que nos interesa subrayar. El RIESGO es contingencia de ocurrencia de eventos; por lo que se define como probabilidad de efectos perjudiciales, dañinos o pérdidas esperadas como resultado de una Amenaza o Peligro sobre una zona expuesta durante un período de tiempo determinado.  En tal virtud, el riesgo (R) es una función matemática de probabilidad de ocurrencia de una Amenaza (H), en un tiempo de exposición específico (EX) de la ciudad a factores de riesgo. También incorpora la vulnerabilidad (V), susceptibilidad o “sensibilidad” de los elementos expuestos. El riesgo es producto de una ecuación que incorpora peligrosidad, exposición y vulnerabilidad.

Para asegurar el buen gobierno y la gobernanza del riesgo, la peligrosidad, la exposición y la vulnerabilidad en Santiago, muy pronto el Ayuntamiento, CDES y BID presentarán el Plan de Acción en el contexto de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES-BID) con proyectos concretos para que Santiago sea una ciudad sostenible y resiliente. Este plan se fundamenta en estudios de riesgo, gases de efecto invernadero y crecimiento urbanístico de Santiago. Entonces, debemos presentar las definiciones que en esta materia acompañarán el plan de acción. Veamos el ICES-BID.

En este Plan de Acción, el análisis de la PELIGROSIDAD incluye el estudio de las AMENAZAS (eventos físicos potencialmente dañinos) objeto de estudio, que serán función de su localización, intensidad, frecuencia, probabilidad de ocurrencia y duración. Para estudiar las amenazas es necesario calcular previamente las DINÁMICAS que generan esos eventos dañinos, pudiendo éstas ser una o varias (por ejemplo, si el evento potencialmente dañino es la inundación, las dinámicas a analizar serán el nivel de las presas, la cuenca, embalses y escorrentía urbana.

La evaluación de la EXPOSICIÓN englobó la identificación y caracterización de los elementos expuestos, cuyas variables más relevantes son la densidad de población, clasificación de viviendas por tipología constructiva y el catálogo de infraestructuras críticas. Para ello se ha desarrollado un inventario de activos expuestos basado en información oficial catastral disponible y en observaciones de imágenes de satélite e interpretación de las mismas. En el caso de bienes inmuebles, se estimó el área de construcción, el valor de los activos (continente y contenido) y la localización de los mismos.

Por otra parte, el análisis de la VULNERABILIDAD de los elementos expuestos incluye la afección que puede generar la amenaza, siendo una cualidad intrínseca al sistema y función de las características naturales de esos elementos y del umbral a partir del cual se produce el impacto objeto de estudio. Las funciones se definen en base a los diferentes tipos constructivos o infraestructuras identificadas y la amenaza considerada, caracterizando la capacidad del inmueble para resistir la acción del evento. Por último, el cálculo del RIESGO deberá estar enfocado a priori a unas consecuencias negativas determinadas del evento, que serán expresadas en términos de IMPACTOS humanos y económicos. Estos impactos serán función de las características de la amenaza y de la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

La peligrosidad, la exposición, la vulnerabilidad y el riesgo se pueden calcular muy bien pero para salvar vidas humanas, proteger propiedades y asegurar la economía, se impone asegurar el buen gobierno y la gobernanza de la gestión de riesgo. El Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano en su XVIII Congreso realizado en Gijón, recomendó cinco criterios para asegurar la calidad y efectividad de la gestión de riesgo, subrayo tres: i) aplicar la manera estratégica de pensar a la sostenibilidad de cada entorno local; ii) prever y gestionar las contradicciones entre gobernanza y el gobierno local y iii) definir e implicar a los actores estratégicos de la ciudad, con agenda y presupuesto. En eso estamos.

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