Contexto internacional del Consejo de Cultura para el Desarrollo

 

Para el Consejo Estratégico de Santiago (CDES) y su Junta de Directores, la formación del Consejo Cultura para el Desarrollo (CDD) no tiene precedentes institucionales en Santiago y República Dominicana, incluso en Centro América. Se conoce de registros oficiales que ciudades del entorno continental fundaron similares organismos; sin embargo, con estas características estructurales y conformación pública-privada, Santiago se coloca a la vanguardia.

Sencillamente, muchas ciudades no acumulan la calidad y cantidad de artistas y gestores culturales per cápita de Santiago y menos aún, un empresariado y una sociedad civil con alto sentido de cohesión social. Tampoco reciben más de medio millón de visitas anuales por puertos y aeropuertos de residentes en el exterior; cibaeños que llegan en los meses de vacaciones escolares en Estados Unidos y Europa, a disfrutar la ciudad y sus espacios lúdicos. Se ha concretado el Consejo de Cultura para el Desarrollo (CDD) luego de miles de horas de trabajo de más de 250 artistas, gestores, planificadores estratégicos y pensadores, con estatutos en proceso de formulación, que edificarán una Asamblea de la Cultura donde caben todos los que asuman sus principios y mandatos colectivos.

En Porto Alegre, Brasil, cientos de alcaldes y autoridades reunidas en el Encuentro de Autoridades Locales del Foro Universal de las Culturas aprobaron la Agenda 21 de la Cultura, decisión ratificada en Barcelona por la Organización Mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). Uno de sus primeros mandatos era que las ciudades debían fortalecer la participación social en cultura y articular consejos de cultura. Crear espacios donde las alcaldías, junto a gestores, artistas, creativos, grupos de la sociedad civil y empresariado, se acoplaran a implantar acciones.

La Organización Mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos
(CGLU) asumió la coordinación de la Agenda 21 de la Cultura. La CGLU es la asociación de ayuntamientos más grande del mundo, fundada en mayo de 2004 para defender la democracia y la autonomía local. Dentro del CGLU, la Agenda 21 de la Cultura es gestionada por la Comisión de Cultura, presidida por la ciudad de Lille, Francia, copresidida por Buenos Aires, Ciudad México y Montreal, y vicepresidida por Angers (Francia), Barcelona y Milán.

En 2009, CGLU creó el Fondo para la Gobernanza Local de Cultura, promovido por su Secretariado Mundial y por el Ayuntamiento de Barcelona, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional por el Desarrollo (AECID). La primera convocatoria para acceder a este Fondo dotado de 675,000€ se abrió a proyectos basados en la Agenda 21 de Cultura. Según los registros oficiales, esta convocatoria se concretó en 78 expresiones de interés, 26 proyectos entregados y 11 proyectos ganadores. Santiago concursará en su momento.

En diciembre 2017, el Consejo de la Organización Mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) se reunió en Hangzhou, China, ciudad emplazada en las riberas del río Qiantang, y acordó que la III Cumbre Mundial de Cultura tuviera lugar en 2019 en Buenos Aires.

Pocos conocen que el convenio mundial de la Agenda 21 de la Cultura aconteció hace 14 años. Ese era un acuerdo internacional pendiente en República Dominicana, que también había sido aprobado por UNESCO. El pasado jueves, en el mes de la Hispanidad, quedó para la historia que en la Honorable Sala Capitular del Ayuntamiento, Santiago liderado por su visionaria Alcaldía, con el apoyo de diversas entidades, cumplió uno de los primeros objetivos de esta Agenda Mundial: organizar la arquitectura institucional de la participación social en cultura.

Este Consejo de Cultura fue creado por la Ordenanza Municipal 3127-16. Aprobado unánimemente por 41 regidores y se le añadió “PARA EL DESARROLLO”, para significar que la cultura se valora como fin, medio y escenario del desarrollo local. Su despegue aconteció con la presencia de los socios institucionales de este organismo, establecidos por la ordenanza. Mandato que antes de su aprobación legislativa fue consensuado por meses por los coordinadores de todos los bloques partidarios y con la Presidencia del Concejo de Regidores. Según Juan Carlos Ortiz Abreu, Presidente del CDES, desde esa fecha en adelante “estamos llamados a iniciar acciones concertadas en cultura”.

En Santiago, al Consejo de Cultura para el Desarrollo (CDD) se le establecieron 12 funciones por Sala Capitular. Es una entidad cuya asamblea institucional tendrá los socios que acepten sus Estatutos y principios rectores. Una organización pública y privada coherente con la ley de las asociaciones sin fines de lucro 122-05 y con la ley de municipios 176-07.

Entendemos que este organismo será decisivo para las más de 10,500 empresas culturales inventariadas en Santiago, muchas de ellas dirigidas por laboriosas mujeres, donde circula una masa monetaria superior a los 30 mil millones de pesos anuales. Por igual, contribuirá con cientos de entidades culturales de tradición. Los estudios indican que en las empresas, como en las instituciones culturales, faltan herramientas de institucionalización, gestión y finanzas. Por eso se incluyó a INFOTEP, Cámara de Comercio y Asociación de Zonas Francas, para que podamos mejorar la sostenibilidad, institucionalidad y  microfinanzas de estas entidades.

Iván Duke, actual Presidente de Colombia, en su momento consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), denominó la cultura y sus industrias como “la economía naranja del siglo XXI”. En consecuencia, promoveremos que las sesiones del Consejo de Cultura para el Desarrollo mejoren y aprueben un plan operativo de estos próximos seis meses, a ser impulsado por todas y todos.

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