El resurgir de la diplomacia urbana

Federico Alberto Cuello Camilo

Antes de la nación estado, mucho antes de la globalización, las ciudades comerciaban directamente con el mundo, apoyadas en sus propias marinas mercantes y cuerpos diplomáticos.

Maquiavelo, que pasó a la fama como historiador y filósofo político, trabajó toda la vida como diplomático urbano de su nativa Florencia del siglo XV.

Ahora, en el siglo XXI, las ciudades demandan sofisticados servicios de diplomacia urbana para confrontar desafíos que trascienden el ámbito municipal y que, pese a ser atendidos por los gobiernos centrales, requieren respuestas coordinadas con otras ciudades dentro y fuera del país.

Dichos servicios permiten, por ejemplo, a los miembros del club de 100 ciudades resilientes contar con experticio para resistir choques externos y gestionar las tensiones internas que afectan sus economías, entornos naturales y sociedades.

El movimiento de la resiliencia urbana incluye más de 1,000 ciudades del mundo, 90% de las cuales tienen un Oficial en Jefe para el tema.

Una dimensión esencial de la resiliencia urbana es la sostenibilidad, plasmada en el objetivo 11 de la Agenda 2030 de la ONU, en procura de ciudades inclusivas y seguras que estén libres de degradación ambiental, congestión del tráfico e infraestructuras deterioradas, y que suministren servicios adecuados de agua, saneamiento y gestión de residuos.

Apoyadas en la diplomacia urbana, las ciudades aprenden mejores prácticas de sostenibilidad, resultando en entornos urbanos más amigables, con aceras anchas y arboladas, aire más respirable, parques con amplias áreas verdes, calles más limpias y menos congestionadas así como viviendas adecuadas y suficientes.

La adopción de tecnologías de información y comunicación (TICs) facilita estos intercambios. Sirven además para la gestión efectiva de los servicios municipales. Optimizando flujos de tráfico, monitoreando remotamente la seguridad y la calidad del aire y suministrando servicios municipales en línea, el uso de las TICs se aceleró por la pandemia.

Por las TICs tenemos ahora ciudades inteligentes que interactúan entre sí a través de múltiples redes bajo el ámbito de la Unión Europea, el grupo ASEAN, la OCDE y ONU-Hábitat.

Corea tiene en Seúl – ciudad inteligente como pocas – la sede de la Organización Mundial de Ciudades Inteligentes y Sostenibles (http://we-gov.org/), en la que más de 200 miembros de todo el mundo trabajan por la transformación urbana para mejorar la calidad de vida, innovar en el suministro de servicios públicos y fortalecer la competitividad.

¿Cuántas ciudades dominicanas, aparte de Santo Domingo, tienen Secretarías de Relaciones Internacionales? ¿Cuántas, aparte de Santiago de los Caballeros, tienen Oficiales en Jefe para la resiliencia?

¿Cuántas de nuestras ciudades cooperan entre sí para la resiliencia, la sostenibilidad y la inteligencia? ¿Cuántas forman parte de las redes mencionadas?

¿Tenemos programas de estudios superiores en estos temas de relevancia para nuestras ciudades? ¿Contamos con becas de capacitación en el exterior patrocinadas por el MESCyT en las áreas mencionadas?

La diplomacia urbana es parte esencial de la respuesta municipal a los desafíos globales derivados del cambio climático, la crisis sanitaria y sus secuelas económicas. Apoyar a todo nivel su resurgir será clave para el desarrollo equilibrado del territorio nacional.

Yennifer Cruz

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