September 25, 2019
Certificamos y Damos Fe: 80 años de Monseñor de la Rosa y Carpio
Por:Carlos A. Fondeur y Reynaldo Peguero
Ramón Benito nació en 1939 a gusto y honra en la comunidad rural de Anamuyita, Los Ríos de la ciudad Salvaleón de Higüey, provincia La Altagracia. Brotó del vientre prodigioso de su consagrada madre Aura Dionisia Carpio. Su bisabuela Damiana Cedano fue la partera que pronosticó “Dionisia tu hijo es varón y será sacerdote”. De paso lo sanó en el acto de una insuficiencia respiratoria momentánea a puras bocanadas humo de cachimbo higüeyano, según sus Memorias. Son páginas colmadas de anécdotas y reflexiones que debieren ser leídas por todos.
Este 19 de septiembre celebramos los 80 años de Su Excelencia Reverendísima Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, Arzobispo Emérito de Santiago. Participamos en su cumpleaños y en la puesta en circulación de su libro “Memorias” en el moderno Centro de Convenciones y Cultura (CCC) donde el Canciller de UTESA y su “frente” en los juegos de dominó de las “Quintas de Pontezuela”, doctor Príamo Rodríguez Castillo, hizo la acuciosa presentación de la bien editada obra.
Su padre Benito de la Rosa por la imagen del Santo Ramón Nonato, lo llamó “Ramón” al ver la efigie viva del Santo en un procesión higüeyana a la cual su venerada esposa quería ir pero no pudo por la condición de su embarazo avanzado.
Muy pocos recuerdan la primera labor pastoral exitosa del nuevo Arzobispo Metropolitano en Santiago. El 28 de septiembre del 2003 fue designado en Santiago por Su Santidad Juan Pablo II. A finales de ese mismo año, Su Excelencia Reverendísima, Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, llegó al edificio empresarial preguntando por el “Plan Estratégico” nos buscaba para que trabajáramos juntos en solucionar las protestas en contra del Decreto Presidencial que le cedió la Fortaleza San Luis a una organización empresarial. Gestamos en conjunto y solucionamos la crisis. Resuelta esa movilización, fuimos por más.
En los hechos, en esa primera sesión entre el representante del Arzobispado Metropolitano y el presidente del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), quedó concebida una exitosa estrategia de actuación en el Centro Histórico de la Ciudad de Santiago de los Caballeros. Hoy al cursar de los años, esta zona patrimonial apunta un relanzamiento integral que la ha convertido en una activa área de actividades productivas, culturales, religiosas y gastronómicas.
Por la visión de Monseñor de la Rosa y Carpio, el Arzobispado es miembro titular del Consejo para el Desarrollo Estratégico (CDES) y coordinador de su Comisión Estratégica de Gobernabilidad y Gobernanza.
Ese es su temple de gestor y líder pastoral, nunca se detiene. Cuida la institucionalidad y trabaja sin pausa pero sin prisa, dándole tiempo al tiempo para que las cosas sucedan. Su experiencia de Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) fueron una contribución y un valor añadido para Santiago que ahora apreciamos todavía mas. Para el CDES su presencia fue una bendición por el conjunto de iniciativas, obras y proyectos que impulsamos juntos.
De la Rosa y Carpio dio muestras de talento, visión estratégica, institucionalidad y ética cuando nunca colocó la Catedral Santiago Apóstol como prioridad de la rehabilitación del Centro Histórico de Santiago. Primero del 2004-2008, facilitó junto al CDES, el Ayuntamiento y la Gobernación la creación del Consejo del Centro Histórico de Santiago de los Caballeros, entidad que dotó de la debida institucionalidad, designando por consenso, un director ejecutivo alejado de la construcción de obras y enfocado en la institucionalidad y la historia de Santiago, Edwin Espinal Hernández.
Monseñor replicó creativamente la metodología empleada en el plan estratégico de Santiago. Con fondos de la Unión Europea estudiamos el centro histórico de arriba-abajo. Consultores de alta calidad científica presentaron al Consejo del Centro Histórico de Santiago creado por la Ordenanza Municipal No.2560-06, un diagnóstico integral. El consejo es un órgano de instituciones pero no de personalidades notables. El Ayuntamiento destinó una mensualidad de 50 mil pesos de subvención y la Gobernación donó la antigua casa que ocupaba para el funcionamiento de este Consejo. El gobierno nacional donó los fondos para remozar y equipar esta cede.
El destino santiaguero y cibaeño de Ramón Benito estaba sellado pues su villa de nacimiento Salvaleón de Higüey comparte con Santiago de los Caballeros, el honor de ser las primeras 15 ciudades de América a las que la Corona Española entregó el 7 de diciembre de 1508, sus escudos Heráldicos.
En Santiago de los Caballeros del año 2008, pocos entendieron que 500 años después, Monseñor de la Rosa y Carpio, el Acalde José Enrique Sued y el CDES, asumieran con ahinco, las celebraciones del medio milenio del Escudo de Santiago con sus 12 veneras en recordatorio de los apóstoles de Jesús. La Reina Juana I de Castilla, heredera de la Monarca Isabel La Católica, aprobó el mandato oficializando los escudos para 15 ciudades de la Hispaniola y en el año 2008 convocamos un Congreso de todos los Santiago de América.
Para el avance de Santiago y la buena gestión del CDES, el prontuario de acciones estratégicas exitosas de Monseñor de la Rosa y Carpio en Santiago es intenso. Entre otras las más destacas son: i) creó por mandato municipal el Consejo del Centro Histórico (CCHS); ii) unió a todos los organismos de mitigación y respuesta ante desastres naturales en la Corporación Ciudadana Santiago Solidario (CCSS); iii) logró la revitalización de las fachadas de más de 400 casas victorianas y republicanas; iv) facilitó la colocación de miles de luminarias en las calles del centro; v) apoyó el remozamiento y modernización integral del Monumento a los Héroes de la Restauración; vi) creó el Centro de Gestión y de Eventos de la arquidiócesis “Monseñor Roque Adames”; vii) Estableció los Almuerzos presidenciales como espacios de intercambio con los presidentes.
Considero que las obras emblemáticas de su gestión en la Arquidiócesis Metropolitana fueron mejorar significativamente la gobernabilidad, la gobernanza y la articulación privada y publica de Santiago, la modernización completa e integral de la Catedral Santiago Apóstol y la creación de la Fundación Arquidiócesana de Santiago (FASA). Felicidades eternas Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, gracias por todos sus aportes y enseñanzas inagotables.