February 3, 2020
Ciudad con alma para la gente: historia de la calle
Nueva vez surge el conflicto sobre la peatonización de calles de Santiago. Calles y casas constituyen elementos centrales de la historia del origen de las ciudades. No puede definirse una ciudad sin casas, ni calles entre ellas. Las calles aseguran comunicación entre personas, familias y grupos. Primero surgen los grupos sociales que deciden asentarse en casas y luego aparecen las calles para su comunicación. La suma de estos tres elementos (personas, viviendas y calles) más sus relaciones sociales y de producción, determina el origen de las ciudades.
En las ciudades primitivas no habían calles. Sólo el espacio que dejaban entre sí las casas o predios donde habían rebaños o chorreaban las aguas lluvia y se accedía a las viviendas. En los poblados prehistóricos, las casas se asentaban en lomas, siguiendo la topografía natural, amontonadas unas junto a otras. Se sabe que el acceso a las casas se hacía por azoteas o patios, también por estrechos pasillos, o pasadizos nivel del suelo cuya anchura sólo permitía el paso del burro, primer animal doméstico de carga.
Fue el catalán Ildefonso Cerdá que en el siglo XIX utilizó por primera vez, el término “urbanización” partiendo del concepto romano “Urbe”. En la tradición romana, “Urbe” expresa todo lo que se encontraba al interior del círculo delimitado por el surco que abrían los “bueyes sagrados” en un acto de trascendencia simbólica que los ciudadanos realizaban para convertir un territorio concreto, en espacio habitable. Es decir ese circulo o “Urbe” implicaba un conjunto de casas y calles.
En su Teoría de la Vialidad Urbana, Cerdá subraya que casas y calles son dos concreciones correlativas e indisolubles, una no puede existir sin la otra. No puede concebirse la calle sin la casa como su punto de partida y de término, así como tampoco puede imaginarse la casa sin la calle, como medio de acción, movimiento, manifestación de la vida de los seres humanos. Las casas son principio y fin de las calles.
Hacemos esta “perorata” conceptual para que podamos valorar que “la historia de la calle” evidencia el hecho de que hacer ciudad, implica impulsar una relación creativa entre habitantes de un territorio, sus edificios de residencia y el intercambio socio-comercial mediante vías por las cuales circula el transporte para llevar clientes, bienes y servicios de consumo. Toda esa dinámica genera una forma concreta de vivir que es lo que denomina cultura. Las ciudades tienen alma y es en la calle donde cada ciudad propaga su alma cultural para la gente.
El Centro Histórico de Santiago es sumatoria de habitantes, edificios y calles extendida por 1.6 km cuadrados, delimitado por el Decreto 172-91. Acumula 534 viviendas (22.0%), 358 edificios de comercio, empresas o tiendas (41.0%) y 78 instituciones públicas, privadas o asociaciones sin fines de lucro (8.0%). Asimismo posee 9,500 residentes permanentes. Es transitado por 500 conchos y taxis y recibe más de 56,000 visitantes diarios. Es zona donde anualmente circulan más de 20 mil millones de pesos.
Esta gestión del Alcalde Abel Martínez y su equipo urbanístico, en coherencia con el Plan Estratégico Santiago (PES) y la Agenda de Cultura para el Desarrollo (ACD), puso en firme la estrategia de reconquista el Centro Histórico de Santiago. Hemos avanzado pero de lo que se trata ahora es incluir la ciudadanía residente en el centro en un proceso de participación por la revitalización y el desarrollo.
Los ejes de avances y retos recientemente re-evidenciados por las urbanistas Marcela Tovar y Tamara Egger son: i) Recuperación y puesta en valor de espacios públicos; ii) Mejoramiento del mobiliario urbano; iii) Reducción de contaminación visual y auditiva; iv) Reorganización del transporte; v) Peatonalización de calles y áreas; vi) Mejoría de seguridad ciudadana; vii) Diversificación de oferta comercial; viii) Impulso del turismo urbano y oferta gastronómica; ix) Gestión del movimiento nocturno y x) Reorganización del Consejo del Centro Histórico de Santiago de los Caballeros con aprobación de la nueva ordenanza de uso de suelo y ordenamiento.
Santiago sabe que llevamos razón al plantear avances y logros en el Centro Histórico. Nos basamos en la masiva iluminación y concreta recuperación de parques, plazas y vías. La cantidad caótica de vendedores ambulantes es historia, también la publicidad exterior y equipamiento que impedían la circulación segura y el disfrute del paisaje. La peatonización de algunas calles es una tarea que se cumplió de forma moderada dado los desafíos de las acciones realizadas y pendientes en la calle Benito Monción. Pero tenemos otras vías donde se ha logrado la reconquista de la calle por la ciudadanía, especialmente en varias calles de Los Pepines y en la exitosa ruta de los murales de ciudad.
El ordenamiento de la movilidad y vialidad del centro histórico es tarea pendiente que impone una recuperación del sistema de estacionamiento regulado, control del acceso de vehículos de carga, ciclovías y la masificación del transporte colectivo.
La mejoría de la seguridad ciudadana es un hecho por el aumento de la policía municipal y nacional. Se pueden encontrar decenas de negocios abiertos en las noches. Restaurantes y bares nocturnos que realizan conciertos, eventos y actividades culturales en las calles. Lo mismo acontece con el turismo urbano y la variedad de la oferta comercial. Todo lo anterior será fortalecido cuando La Tabacalera sea convertida por la Universidad Instituto Superior de Agricultura (ISA), en un centro de educación superior para comercios, negocios y empresas.
Alcaldía, CDES, Asociación de Empresas del Centro, Clúster Santiago Destino Turístico y otros actores deben ocuparse de relanzar el Consejo del Centro Histórico. Se impone una vasta asamblea de entidades ciudadanas, juntas de vecinos, entidades culturales, empresariales y de gobierno para esto hay que modificar para bien, la Ordenanza Municipal 2560-06. Tenemos un mapa del conflicto de la calle Benito Monción aportado por la profesora Marcela Tovar y su equipo. Juntos, entre todas y todos, hacemos mucho más por el centro.