Cultura, identidad y pasión de Santiago

¡Créalo!, somos fórmula universal concreta de una manera específica de vivir juntos, como santiagueros y santiagueras. Una expresión de ardor, ímpetu y fogosidad en los modos concretos de relacionarnos. Así se ha manifestó en el Foro Universal de las Culturas que fue celebrado hace unos años en Monterrey, auspiciado por la UNESCO. La cultura se valoró como un espacio de intercambio y reciprocidad de identidades generador de un contenido universal humanista. Entre las culturas del mundo, somos caribeños y cibaeños. Un verdadero crisol étnico, un mestizaje, un amasijo de África sumado a  la nación indígena de América y la Europa continental.

Si bien nos satisface comprobar que desde la aprobación del primer Plan Estratégico  hasta el 2012, Santiago, gobierno, ayuntamiento  y sector privado han invertido más de 2,150 millones de pesos en el área cultural, no obstante no estamos satisfechos, tenemos que apasionarnos y empezar a llenar de iniciativas culturales comunes nuestra diversidad cultural y la identidad cibaeño-caribeña que nos caracteriza, ponerle cultura a los proyectos estratégicos de ciudad que impulsamos.

El Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) entiende que para mejorar la calidad de vida de una ciudad se impone implementar actividades relacionadas a las personas y a su sentimiento personal de progreso y pertenencia e integración, de ahí que los planes estratégicos de las ciudades de América y Europa contemplan cada día más la incorporación de proyectos específicos relacionados con áreas de cultura, recreación y deportes. Estas iniciativas son elementos clave y determinantes para mejorar la calidad de vida, crear empleos dignos  y crear riqueza.

Debemos subrayar que aunque regeneremos el centro histórico, alcancemos la definitiva transformación del vertedero de Rafey en un Relleno Sanitario Moderno, construyamos el Parque Central, ordenemos territorio y mejoremos los espacios públicos, la cultura debe ser el centro de la reestructuración urbana de este Santiago, ciudad corazón. Por eso visionar a Santiago como una metrópoli que se identifica con su cultura y se sustenta en su capacidad de articulación de su gente, impone urgentes y estratégicos objetivos culturales.

En Santiago, además de los centros y unidades, la gestión, creación y equipamiento cultural se expresa en muchas manifestaciones de la gastronomía, del arte culinario, en la combinación de sabores y colores afro-americanos,  en perico ripiao, en merengue, son y bachata. Aunque somos mestizos y mulatos, y tratamos de ser diversos, el predominio del modelo económico capitalista neoliberal, nos precipita a imitar estilos de ciudades europeas y norte-americanas. Pero tenemos que identificarnos con la mezcla, con lo ecléctico y el mejunje social que nos caracteriza y nos hacer contentos y alegres.

En este orden hemos estado planificando la pertinencia de articular los actores sociales del sector cultura de Santiago para relanzar varias manifestaciones culturales esenciales, entre ellas: el Carnaval; las Fiestas Patronales; los Conciertos y Bailes de música popular y clásica.

La decoración de calles y barrios en navidades; el fomento del paseo en Coche, la mejoría de la calidad de los materiales del “coche santiaguero” preservando su identidad y aportar atuendos pertinentes a los cocheros. Se impone finalmente promover eventos de sabor y olor, así como iniciativas que coadyuvan y facilitan la reproducción de la ciudadanía santiaguera y el desarrollo del civismo cooperante que nos ha caracterizado en más 500 años de existencia como ciudad. Este es ya un enfoque de trabajo estratégico capital.

Todas estas acciones serán concertadas en la nueva Agenda Estratégica de Cultura de Santiago 2013-2020 que pronto iniciaremos a impulsar entre todas y todos.

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