February 9, 2011
El Ayuntamiento en la gestión cultural de Santiago
Por Reynaldo Peguero
La Ley 176-07 sobre los Municipios y el Distrito Nacional establece concluyentemente en su Artículo No. 19, literal h), que los Ayuntamientos tienen la competencia propia o exclusiva en materia de cultura “de encargarse de la preservación del patrimonio histórico y cultural de cada municipio”. Además el Párrafo No. 1 de este acápite, literal f) también le asigna una “competencia compartida” en lo referente a la “promoción de la cultura, los deportes y la recreación”. La gestión patrimonial es propia del Ayuntamiento, la promoción y animación cultural es una función compartida con gobierno nacional. Desde la institucionalidad y legalidad, así es.
Las funciones públicas compartidas o coordinadas son aquellas que corresponden al desempeño de la administración pública, salvo las que la Constitución le asigne exclusivamente al gobierno central, éste debe garantizar las competencias compartidas a los ayuntamientos, avalando sus derechos de estar debidamente informados, de ser tomados en cuenta, y el derecho a participar en la coordinación y a la suficiencia financiera para su gestión. En otras palabras, el gobierno nacional debe otorgar por ley, recursos adicionales a los ayuntamientos cuando las competencias sean compartidas; y precisamente en gestión cultural, hay muchísimas funciones compartidas, entre el gobierno central y el gobierno local.
En concreto la competencia de preservar los patrimonios es propia o exclusiva de los Ayuntamientos, la de promover la cultura, es compartida con el gobierno nacional. Así están las cosas legalmente planteadas. En el marco de la institucionalidad que pauta la ley, el Ayuntamiento de Santiago, ha tomado decisiones inteligentes al designar en el componente cultura del gobierno local, un conjunto de profesionales y técnicos, que si son apoyados con políticas públicas claras, recursos frescos y presupuesto concreto, tanto por el mismo Ayuntamiento, como por el gobierno nacional y el sector privado, pueden efectuar una gestión cultural enfocados en una alianza estratégica por la cultura de Santiago.
La dirección de cultura del Ayuntamiento es coordinada por el arquitecto Josué Gómez, y evidencia una ejecutoria promedio de 35 actividades mensuales, de gestión o promoción cultural. Se registran acciones interesantes para articular una presencia activa del Ayuntamiento entre grupos culturales de las comunidades, con el ciclo de reuniones que impulsa el profesor José Mármol, otro experimentado funcionario de cultura que tiene mucho que aportar. También tenemos referencias de acciones de promoción y presentaciones artísticas para rescatar y poner en valor un conjunto de prácticas culturales y barriales en juegos infantiles, teatro y títeres. La gestión de la dirección de cultura del Ayuntamiento ha iniciado sus labores con un modesto presupuesto de acción que esperamos mejore progresivamente.
Tal como afirma el experto en gestión cultural, y mi profesor en esta materia, el doctor argentino Edwin R. Harvey, la existencia de una política pública cultural se mide entre otros indicadores por la presencia de financiación acorde con las funciones que tenga el órgano público en cultura. En este contexto, lo más destacado en el proceso de gestión estratégica para que Santiago sea un territorio Cultural, Incluyente y Saludable objetivo que promueve el Ayuntamiento en el marco del Plan Estratégico “Santiago 2020”, la voluntad operativa del equipo de cultura del gobierno local debe conducir el Ayuntamiento para que se dote de una política pública y de un proceso de gestión cultural, que además de cumplir los mandatos de la Ley de municipios sobre cultura, haga de la cultura una centralidad en el desarrollo de Santiago.
Vale subrayar que si por ley, la preservación del patrimonio histórico y cultural, le corresponde a los ayuntamientos, esto significa que en Santiago de los Caballeros, las Ruinas Coloniales de Jacagua, el Palacio Consistorial, la Catedral Santiago Apóstol, la Fortaleza San Luís, el Monumento a los Héroes de Restauración y las edificaciones patrimoniales del centro histórico, amenazado constantemente por intervenciones caóticas que ni siquiera expresan una nueva arquitectura, sino el “hiperuso del suelo para rentabilidades”; deben contar con la primerísima gestión del Ayuntamiento de Santiago para su preservación y mantenimiento. Finalmente en materia de competencias compartidas lo más prudente es que en la gestión culturar suceda un pacto entre el gobierno local y nacional por una Agenda Estratégica de Cultura. En eso estamos.
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