May 9, 2012
Fortaleza de la música “San Luis”
Santiago tiene que transformar la Fortaleza de San Luís en un espacio “neoterciario” que fortalezca la gestión y promoción cultural, y sobre todo que visualice una edificación patrimonial y emblemática, convocante de producción y creación musical. Esta iniciativa debiera enfocarse dentro del proyecto estructurante consensuado en el Plan Estratégico 2020 denominado Revalorización del Centro Histórico de Santiago. Todo proyecto expresa una visión, sea esta de su diseñador particular o de los ciudadanos que lo han consensuado. Algunos improvisados piensan que por tener una “maqueta” de una obra física ya tienen un proyecto. Diseñar imágenes y trazados, nunca concluye la concepción de un proyecto. Lo que se estila es desarrollar la línea discursiva y el concepto de la obra y su mixtura al tejido social, y luego vendrían los planos y maquetas.
Luego de estudiar más de 150 ciudades, el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), demuestra que lo más importante de un proyecto no es su “arquitectura física”, sino la visión y la arquitectura organizativa e institucional del mismo. La Fortaleza San Luís es una edificación patrimonial emblemática que se ubica en un perímetro de unos 35,140 metros cuadrados al suroeste, en el cerro más elevado dentro de los límites establecidos para Centro Histórico de la ciudad de Santiago. Desde la máxima altura de esta fortaleza se controla gran parte del río Yaque en su transcurso por la ciudad y se observa la perspectiva de los diferentes accesos urbanos.
Se ha estudiado que en 1674 el gobierno español de Ignacio Zayas Bazán designó a Andrés Núñez como Alcalde de Santiago, posición que aprovechó para escribir a la Corte Española sobre la importancia estratégica y militar de esa plaza, por lo que recomendó que se levantara allí una posición militar fortificada. Otros historiadores indican que esta Fortaleza existe desde el siglo XVIII, cuando en pleno dominio francés de la isla, por órdenes del gobernador Jean Marie Louis Ferrand, Agustín Franco de Medina, Alcalde de Santiago, echó las bases para un fuerte militar, por lo que se talan árboles, se hacen zanjas y se construyen cuarteles rústicos techados de yagua y cana.
Es conocido que en 1844, la edificación militar adquirió notoriedad en la primera guerra de Independencia que lograría la separación de Haití; posteriormente este inmueble consigue más importancia histórica en la Restauración de la Independencia (1861-1865), durante la guerra entre Dominicana y España. La nación se había separado de Haití, el 27 de Febrero de 1844, y luego en 1861 un grupo de malos dominicanos promovió su anexión a España. En estos episodios militares, la Fortaleza San Luís, fue centro de decisiones estratégicas. A principios del siglo XX fue transformada en Cárcel Pública (1907) y en los inicios de la dictadura de Rafael Trujillo (1930), fue uno de los lugares donde se iniciaron las conspiraciones que llevarían al poder por más de 30 años al dictador dominicano. Fue transformado en un oscuro centro político y estratégico que representaría esta violenta dictadura. La fortaleza ha sido foco para la organización del espionaje, la persecución y la violencia contra los “enemigos del Estado”. Un espacio utilizado para organizar la represión. En los gobiernos de Joaquín Balaguer, la fortaleza San Luís se consolidó como sede de torturas, apresamientos ilegales y de extracción violenta de confesiones. Con la apertura democrática de 1978, el nuevo gobierno comienza a transformar su rol represivo, luego de la construcción de la Cárcel Pública de Rafey (1986). Su arquitectura es republicana, con edificaciones y torres construidas de piedras y ladrillos durante finales del siglo XIX. Dado su transición de Plaza Militar a Centro Policial y Cárcel Pública, así como de posterior ubicación de la Policía de Tránsito, la ciudadanía de Santiago todavía la identifica con la represión.
Se trata de transformar este espacio en una zona de encuentros, en un punto neoterciario, de creación cultural y musical. Para el CIDEU los “neoterciarios” son lugares para cultura, para el ocio, la creación, sitios de convergencias, accesibles y de conectividad, de búsqueda de una ciudad revalorizada, sostenible y ecológicamente equilibrada. Como Patrimonio emblemático de Santiago, la Fortaleza San Luís debiera ser compatible con la elevación de la residencia en el centro histórico, con el trabajo cultural y la oferta de bienes culturales. La Fortaleza San Luís a su vez nunca debiera dejar de traslucir lo que fue, guardando huellas históricas de las épocas, buscando el diálogo y el acuerdo necesario que sume energías y recursos públicos y privados, en una concurrencia que beneficie la calidad de vida de Santiago.
En el marco de la revalorización del Centro Histórico, debiera repensarse la Fortaleza San Luís como un centro neoterciario de conocimiento, creación, innovación musical, gestión y producción cultural. Es diseñar y reconstruir una Fortaleza San Luís para la paz, la música y la danza. Para conciertos innovadores. La antigua cárcel debiera “cranearse” como un bar, restaurante y palacio de merengue y son. Aportar una sala de exposiciones para artistas populares; un centro para la oferta de productos y obras culturales. Sobre todo asegurar que el proyecto se geste por un consejo público-privado con la rectoría y el apoyo del Ayuntamiento del Municipio de Santiago. En la otra seguimos.
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