¿Quién implementa y ejecuta un plan estratégico territorial?‏

Por Reynaldo Peguero

Albert Einstein decía “quien delimita y defina un problema, tiene ya el 50% de la solución establecida”. El Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago, formado hoy por 49 entidades y munícipes de Santiago promueve la agenda del presente y futuro de la ciudad que se conoce como “Plan Estratégico de Santiago”.

Su misión sustantiva es esa: contribuir en la definición de los problemas reales que afectan a Santiago, y visualizar qué estrategias y proyectos podrían ayudar a resolverlos. No obstante, siempre hay dudas y recelos.

Por eso escribiré mil veces más que son los actores estratégicos de Santiago, llámese gobierno nacional, ayuntamiento municipal, organizaciones sociales, sector privado, agencias multilaterales o entes de cooperación, los encargados de poner en operación los proyectos. Aspiramos que esa implantación sea de forma conjunta. Pero que no haya dudas quien tenga su función pública, que la ejerza y la cumpla con el aval de todos.

En este punto clave no debería haber vacilaciones o incertidumbres;  mucho menos algún “juego infantil para competir callejeramente” sobre quién propone y quién hace las cosas en Santiago. La ciudadanía paga sus impuestos para que los gobiernos nacionales y locales hagan lo que deben y tienen que hacer, especialmente si es con el consenso y la participación de todas y todos los actores. De eso se trata en planificación estratégica territorial, de crear y sostener un pacto de ciudad entre todos.

Ningún plan estratégico del mundo se hace para sustituir la autoridad pública encargada de una función, sino para contribuir con el éxito de su gestión. Es obvio, pero hay que repetirlo muchas veces más.   

Es de alta valoración además, si el sector privado se involucra en alianza con el sector público, en el impulso y ejecución de proyectos de ciudad. Esa ha sido la historia social de Santiago, antes de la existencia del Plan Estratégico, después con la formulación y el consenso del mismo. Asimismo por ejemplo lo hizo APEDI desde su fundación hace 50 años. Es nuestra tradición como ciudad, gozar de un sector público que consensa, pacta y se alía; y un sector privado pro-activo e innovador, que se involucra, participa e invierte en la defensa y la mejoría de su ciudad. Aunque todavía hay y ha habido excepciones a esta regla. Todos los actores involucrados que adoramos al Santiago donde nacimos, crecimos y vamos a morir, debiéramos entender esto, ahí no debe haber dudas y hay que defenderlo con la debida serenidad y la institucionalidad de rigor.

Me lo inculcó mi padre, incluso antes de ir a la universidad, en los mejores momentos de su exitoso negocio, la “Sastrería Rey” de corte impecable y ajuste perfecto al trabajarle a políticos, religiosos, empresarios y líderes de Santiago. Eso también lo infundió mi abuelo sentado en el mostrador de su “Farmacia Foro” platicando con Caquín Méndez, Vicentico Delance o Agustín Aybar, negocio ubicado en la Avenida Valerio, etiquetada recientemente en una conferencia de la Asociación de Egresados de la PUCMM, como el “Wall Street Santiaguero”.

Tal como planteó el profesor Rafael Emilio Yunén, en un juicioso discurso expuesto en el acto de presentación del 1er. Plan Estratégico en el año 2002, el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago Inc. (CDES) por definición, no se involucra en la ejecución de los proyectos de la agenda, sino que anima, concerta, promueve y apoya la institucionalización de los mismos. Pero para dejarlo todavía más claro, el CDES aprobó en los inicios del año 2003, el “Sistema de Gestión e Implantación de Programas y Proyectos”, y ahora lo revisa y lo relanza de nuevo como SIPROES. Manual que fue conceptualizado y ampliado en el año 2006, para ser presentado en Barcelona en el marco del Premio de “Pensar en lo Estratégico Urbano” del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), obteniendo el primer lugar, entre todas las proposiciones técnicas existentes en ciudades de Ibero América. ¡Estúdienlo por favor!

Más allá de toda duda razonable, los directivos del CDES y del Plan Estratégico (PES), dentro de los cuales hay figuras de representación pública, han tenido muy claro: los roles, funciones y protagonismos de cada uno, sean estos de gobierno, de la sociedad civil o el sector privado.  A cada uno según sus competencias, a cada uno según su institucionalidad.

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