Pandemias de enfermedades infecciosas transforman situación mundial

Al concluir el siglo XX, también perimió el lema de la OMS “Salud para Todos en el año 2000”. El 27 de febrero de ese año, el acucioso analista de opinión Tony Pérez, del periódico Hoy, analizó conmigo “los retos médicos”. Mi conclusión parecía una verdad irrefutable “República Dominicana deja atrás las enfermedades infecciosas, para enfrentar patologías crónicas como hipertensión, diabetes y violencia”. 

Los epidemiólogos hablábamos de “transición epidemiológica”. Es decir, la etapa de evolución de la prevalencia de enfermedades, donde Europa y Norteamérica habían superado las infecciosas y el tercer mundo transitaba por un “mosaico epidemiológico”, con alta frecuencia y epidemias de infecciosas y de no transmisibles.

En América Latina, el descenso de infecciosas no fue tan pronunciado,  resultado de una mejor nutrición, acceso a vacunas, calidad del agua y más inocuidad alimentaria. República Dominicana del 2000, exhibía un descenso de patologías transmisibles. Difteria, tos ferina y tétanos, redujeron las tasas de 10 a 0.1. por 100,000 habitantes. Tuberculosis y sarampión también descendieron.

La expectativa de vida pasó de 71.8 a 74.4 años. La mortalidad infantil se redujo de 40 a 31 muertes por 1,000 nacidos vivos de 1995, a 2004. Fueron avances moderados, no marcaban un “hito en la salud pública mundial”, pero sí suscribían una tendencia. Nuestras afirmaciones al periódico Hoy que para la ocasión eran verdades axiomáticas, fueron demolidas por la pandemia Covid-19.

Hoy, entender el inestable presente y el desafiante futuro, implica valorar las cuatro pandemias ocurridas antes del Covid. En 2009, la producida por el  virus de influenza A (H1N1) detectado en EUA. La segunda fue el VIH-SIDA (1980); todavía es misterio cómo se originó esta enfermedad. La tercera (1958) fue la gripe “asiática” causada por un tipo de influenza A (H2N2), y la gripe de Hong Kong (H3N2). La cuarta pandemia fue la mortal influenza de 1918 producida por el virus H1N1.

La mayoría de estas pandemias rompieron barreras biogenéticas entre enfermedades de animales y seres humanos. Coincidieron con la excluyente urbanización y la manipulación del genoma humano. Asimismo son concurrentes al cambio climático y los gases efecto invernadero. Sucedieron en el contexto de una temperatura elevada en todo el planeta Tierra, fenómeno que al 2050 podría subir varios grados (2-4 grados Celsius). Esto significa que en los próximos 25 años, la relación contradictoria entre ciudades y medio natural, se moverá hacia una incubación mundial de microorganismos. Los patógenos existentes podrían mutar y desconocidos microbios se moverían de animales a personas. Las viejas y nuevas enfermedades transmitidas por mosquitos ratifican estos riesgos. Las enfermedades infecciosas volvieron para quedarse. Su manejo integral, implica crear una reflexión mundial que geste una nueva masa crítica de epidemiólogos.

Yennifer Cruz

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