Santiago es Plan Estratégico y Plan Estratégico es Santiago

El Consejo Estratégico nació el 11 de noviembre de 1996 en Santiago. Desde entonces han sido 17 años de compleja, creativa y crítica labor. 202 años antes del nacimiento de Jesús, el cónsul romano Publio Cornelio Escipión derrotó en la Batalla de Zama, las temibles fuerzas cartaginesas del general Aníbal Barca. La civilización occidental greco-romana se imponía sobre el oscurantismo.

En Roma se declaró la fiesta. Los mercaderes descendían en masa por la avenida Argiletum. Los sacerdotes llegaban al foro desde los más apartados templos de la ciudad y las vírgenes vestales oraban ante la flama sagrada de su diosa. Senadores, centuriones y tribunos de la plebe se abrazaban en multitud eufórica. Sólo Marcio Poncio Catón conspiraba. Esa felicidad luego de 17 largos años de guerras continuas contra Cartago, tenía adversarios. Todo éxito genera su antónimo, y como decía Jesús, “sólo al árbol que genera frutos, le tiran piedras”.


Hoy son pocos los municipios del mundo que tienen planes estratégicos. Exiguos en los que sus Ayuntamientos y Gobiernos sostienen un Consejo de Desarrollo (CDES) para impulsarlos.  Mucho menos lo que han formulado planes de ordenamiento territoriales. Escasos los que reúnen sus entidades en un Consejo del Centro Histórico. Pocos países del Caribe y Centroamérica tienen un liderazgo empresarial como AIREN, ACIS y Cámara de Comercio. Casi nulos son los que articulan una organización singular como APEDI, luego de una férrea dictadura. Mucho menos aun aquellos en los que sus Federaciones de Juntas de Vecinos se articulan. No es sólo Catón que ante el éxito, complota, intriga y maquina, así lo hacen también los que ante la victoria del pueblo se cargan de amarguras, pesimismos y tormentos. 

Todas las ciudades cuyos pueblos se han desarrollado con su Plan Estratégico y la ciudadanía reconoce ese avance; también en muchas de las que he visitado o también he estudiado en detalle, tanto el Gobierno como el Ayuntamiento, invierten en ellas más de 10 veces de lo que aquí se invierte en el desarrollo local de Santiago. Por eso decimos que como el Plan Estratégico es Santiago y Santiago es el Plan Estratégico, debemos exponer y pensar las cosas en el sentido de que si Santiago avanza lo hace, porque ha sabido colocar su agenda de desarrollo local como agenda de prioridad nacional para Santiago. 

El Consejo Estratégico (CDES) es entidad pública y privada cuya función principal es colocar el desarrollo de Santiago en el programa de trabajo de los administradores del erario público. No tenemos una “funda de cuaito”,  una cuenta financiera o la firma del Presidente de la República para ordenar las obras. Hemos cumplido y hemos cumplido bien, la “construcción” de una agenda de consenso. Ahora le toca a los políticos ejecutar su parte; y a nosotros gestionar y motivar para que las cosas pasen. En este año 2013 hemos logrado colocar los proyectos del Plan Estratégico en el Presupuesto Público y en la Agenda de la Presidencia. El Ayuntamiento con sus limitadísimos recursos hará otro tanto.  Ambas entidades del Estado si quieren hacer las cosas bien, deben hacerlo en la lógica consensuada en Santiago. No es momento de inventos, alquimias, magias y menos de buscar la quinta esencia para nuevos planes.    

Nos corresponde también la crítica constructiva de lo que pasa, sea que pase bien o que pase mal. Para eso nos hemos cuidado de que más de 16 entidades del gobierno y de la sociedad civil, incluyendo la Gobernación y el Ayuntamiento articulados por el Arzobispado Metropolitano y el CDES, estén de acuerdo en que vamos a monitorear vía el Observatorio de Santiago, los indicadores que nos permitirán indicar lo real de lo que acontece, dado que tenemos la certeza de que es así. Porque esas entidades entregarán indicadores claves y nos permitirán cruzar y verificar esas informaciones.

Nos compete que cada proyecto que se realice en Santiago se haga en transparencia. Que mida el impacto social y ambiental de sus acciones, que involucre el pueblo y que respete los derechos de seguridad social de los trabajadores. Que tenga un órgano o consejo directivo de sus acciones, y no un ingeniero, haciendo y deshaciendo en la obra. Promovemos que más allá que un Ministro o un Alcalde estén todos los días en cada una de las obras,  se visualicen y garanticen equipos de la ciudadanía evaluando lo que el Gobierno y el Ayuntamiento hacen con nuestros impuestos. 

La esencia de la democracia participativa, y sobre todo en Santiago que es cuna de los ideales más liberales de la democracia es que los políticos entiendan que son realmente administradores y no dueños de los recursos del pueblo. Que valoren que el pueblo no le interesa “las comisiones”, “mordidas” o las innúmeras maniobras financieras que terminan en los tribunales enlodando a todo el mundo, a culpables e inocentes. 

Por eso además del Plan Estratégico 2020 también formulamos un Sistema de Implantación de Proyectos Estructurantes (SIPROES) que si lo aplicamos como debe ser, descubriremos que muy pocos proyectos se realizan cumpliendo las metodologías y procedimientos más elementales de ejecución. Muy pocas empresas o instituciones ejecutan los proyectos como exige el mundo moderno en que nos desenvolvemos hoy. Es por esto que en este 2013, año 17 del Consejo CDES,  Santiago debe mirarse a través del Plan Estratégico y el Plan Estratégico es una genuina expresión de Santiago. En la otra seguimos.

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