Alto nivel ruido y cantidad de letreros genera enfermedades y caos urbano

Los indicadores de elevado ruido, sonidos molestosos y bocinas en la ciudad medidos en decibeles y la caótica colocación de letreros comerciales, mensajes políticos, anuncios institucionales, cartelones artísticos se han sin control elevado preocupante y significativamente.  Así lo indican los resultados de los estudios ordenados a propósito del nuevo Plan Estratégico de Santiago (PES) 2010-2020, auspiciados por el Consejo Estratégico de Santiago y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

 

Mientras que para el año 1998 los decibeles colectados se encontraban entre 85-100, los cuales generaban ya irritación y sordera, en este año 2010 se ubican en muchos barrios y zonas céntricas de la ciudad entre los 90-120. Estos ruidos producen sonidos irritantes, provocan sordera y genera dolores fuertes de cabeza y provocan hipertensión. Se ha demostrado además la gran cantidad de casos de hipertensión arterial diagnosticada por la Asociación Dominicana de Medicina Interna y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en sus Jornadas Anti-hipertensiva. Estos estudios demuestran que más del 28.5% de la ciudadanía adulta y sobre todos los chóferes públicos y taxistas (30%) sufren uno de los tres tipos de presión alta que provocan males cardiovasculares graves y costosos de tratar.    

 

Otro de los factores que incide negativamente en la ciudad se genera producto de la dinámica desordenada de la competencia institucional, cívica, artística, política y comercial que se expresa en la creciente contaminación visual que muestra el espacio urbano público. Los colores, los mensajes, el tamaño de las letras y los materiales utilizados en los letreros, ni trasmiten una imagen urbana que genere identidad, ni están normados correctamente. Este caos visual trae consigo degradación del paisaje, estrés, tensión, congestión en la circulación peatonal y vehicular, además de que es un factor de riesgo potencial para accidentes de tránsito y violencias.

 

Estas estadísticas urbanas han sido validadas por la comunidad en un conjunto de diez (10) Coloquios Estratégicos Barriales (CEB) especialmente realizados por el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago y su Presidente Carlos Fondeur para el nuevo Plan Estratégico de Santiago, en el barrio de La Joya donde la mayoría de juntas de vecinos, profesores y estudiantes se quejan de las grandes molestias que para la docencia y un adecuado enseñanza-aprendizaje, genera el ruido sin control de
l todo el parque vehicular que circula por ese barrio tradicional de Santiago.

 

Lo mismo se observó en los barrios de Hoya del Caimito, Baracoa, Cienfuegos, Gurabo, Los Reyes, y los barrios de la Zona Sur. En muchas de estas comunidades al ruido del tránsito, se suma el descontrol de cientos de guaguas anunciadoras,  la música de los colmados y pulperías, y vecinos poco solidarios que elevan la música en sus viviendas.

 

El CDES llamó a observar, cumplir y sancionar con la Ley de Medio Ambiente y las Normas Nacionales en la mano y recomendó que el Concejo de Regidores trabaje en conjunto con el CDES para legislar en esta materia y endurecer las sanciones y motivar los espacios y zonas sin ruidos y ni caos visual.  Santiago no tiene ninguna zona de tranquilidad como los hospitales, clínicas, escuelas, universidades o parques donde sea obligatorio prevenir sonidos irritantes que están normados a no exceder los 60 decibles diurnos y los 50 decibles nocturnos normados.

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