Sostenibilidad del Pico Diego de Ocampo, monumento natural de Santiago

El Ministerio de Medio Ambiente, la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI), APEDI y el Consejo de Desarrollo Estratégico en el contexto de la Agenda Santiago 2030, debieran crear sistema montañoso de protección y producción sostenible en la Cordillera Septentrional y el Pico Diego de Ocampo. Reunir iniciativas ecoturísticas, hotelería comunitaria, educación, agricultura orgánica, servicios públicos y fortalecimiento de organizaciones sociales.

El pico observó la ciudad crecer al latir del corazón como marca de identidad cibaeña. Enclavado entre Puerto Plata, Altamira, Villa González, Tamboril, Licey y Santiago. El nombre “Diego de Ocampo” es una designación enunciativa de las luchas antiesclavistas locales y junto al río Yaque constituye el principal monumento natural de Santiago.

Es la montaña más genuina para el urbanismo caribeño del siglo XXI, de 1,249 metros snm, insertada en sistema montañoso de 180 kilómetros lineales. Se ubica al norte de la ciudad de Santiago, urbe que se extiende frente a su falda por 115 km2. Como parte de la cordillera, el pico emergió del mar en la Era Terciaria hace 60 millones de años.

Desde La Habana hasta Kingston y Barranquilla ninguna ciudad caribeña como Santiago, posee una montaña de esa fuerza histórica, ecológica y visual. Insertada en una cordillera donde nacen los ríos Bajabonico, Yásica y Jacagua, hoy en peligro de extinción. En la actual perspectiva aérea de los drones, la cumbre atesora colores versátiles, un cuerpo geográfico auténtico y un perfil ilusorio de volcán.

Desde hace 6 mil años el pico observó el poblamiento del Cibao por tribus originales. La invasión española (1492), devastaciones de Osorio (1606), ocupación francesa (1664) y guerras independentistas de Haití (1844) y España (1865). La montaña por donde transcurre la falla geológica septentrional es testigo de terremotos que destruyeron Santiago en 1552 y 1842.

Para su preservación, SOECI entidad miembro del Plan Estratégico Santiago 2030 realiza una innovadora gestión de sostenibilidad climática. Basada en la ley de 1961 que lo declaró zona protegida (5697-61) y con el ordenamiento y regulación que impone el Decreto 233-96 del Presidente Joaquín Balaguer a quien nadie cuestionó su vocación de ecologista radical.

El área montañosa acumula 200 variedades de begonias, lianas, plantas epífitas y arbustos, 100 variedades de helechos, 30 de orquídeas y 20 especies de bromelias. Está compuesta por más de 400 géneros. La fauna atesora cotorras, pericos, lechuzas, barrancolís, palomas y ciguas palmeras, entre otras.

Finalmente, la sostenibilidad de la zona debe fortalecer la gobernanza entre comunidad-ciudad, entre lo rural y lo urbano, garantizando promoción, oferta y demanda de estudiantes y visitantes a la montaña que requieren conocimientos, bienes y servicios que dinamicen la economía local en un contexto de adaptación climática.

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